Dominando una amplia zona de la ría de Pontevedra y de las tierras limítrofes y sobre todo la pequeña isla de Tambo, se encuentra este monasterio ligado a los orígenes tradicionales de la labor de San Fructuoso en el siglo VII o quizás algún discípulo: el Monasterio de San Xoán de Poio. Al llegar al cenobio nos llamará la atención la esplendorosa fachada barroca de la iglesia. En ella se ven las figuras escultórica de San Juan, San Andrés y Santiago, divididas por grandes columnas. Dos torres barrocas se sitúan sobre un frontón.
Sorprende el bonito conjunto arquitectónico en donde se encuadra, marcado por la iglesia, el monasterio, el edifiico del concello y una casa solariega. Todo ello separado por una plaza con grandes árboles. Hacia el mar, veremos una hermosa vista de parte de la Ría de Pontevedra y Poio en primer plano. La forma circular de la Isla de Tambo, no pasará desapercibida.
En el interior de la iglesia destacan sus inmensos arcos que conforman la fenomenal bóveda y el florón central del crucero. El estilo arquitectónico es claramente renacentista. Lo mejor del monasterio es su magnífico claustro que data del siglo XVI y es llamado de Las Procesiones. En su centro veremos una fuente obra de Mateo López, autor también de la iglesia del monasterio y del claustro ayudado por Ruiz de Pama-nes. Anexo al monasterio, está la parte más reciente edificada por los Merecedarios. En él se alberga una «moderna» hospedería.
De gran valor es la gran biblioteca compuesta de más de 100.000 libros, en la mayoría traídos por las diversas órdenes que por allí pasaron. En los jardines del monasterio mercedario se encuentra un fantástico hórreo que cuenta con una longitud de casi 30 m. Lo más sobresaliente es su anchura de casi dos metros, que tiene que ser sustentada por 17 filas de tres pies cada una. La cubrición es a base de teja del país a cuatro aguas.
La nombrada isla de Tambo fue lugar para el retiro de muchos monjes de este cenobio, así como residencia de numerosos ermitaños. Ya en el siglo XI el templo es reedificado y pasa a manos de los monjes benedictinos que tantos otros monasterios habían adquirido en Galicia. Es el año 942 ya consta como fundador el Rey Bermudo. De esta época queda bien poco, tan sólo restos de columnas, capiteles y algunas molduras.
En los siglos XV y XVI, el monasterio se renovó y se crea en 1548 el Colegio Mayor de Teología y el Colegio de Pasantes, creados por previlegios de Carlos I. En este último colegio enseñó el mismísimo Padre Feijoo.
A finales del siglo XVI y principios del XVII se construye la nueva iglesia y el nuevo monasterio con su esplendoroso claustro. En el año 1835, con la desamortización los monjes benedictinos, que habían estado más de ocho siglos, son forzados a abandonar el cenobio.
En 1890 los Monjes Mercedarios de Conxo ocupan y restauran el lugar. Esta orden fue fundada en 1218 por san Pedro Nolasco cuyo nombre real es La Orden de la Virgen María de la Merced de la Rendición de los Cautivos de santa Eulalia de Barcelona. Los comúnmente llamados mercedarios que habitaban en Conxo, Santiago, tuvieron que buscar otro lugar pues sus dependencias fueron transformadas en hospital psiquiátrico por orden de la Mitra Compostelana y así fue como eligieron este lugar en concreto.
Que nunca dejen abandonado estas verdaderas obras de ARTE,hoy no tenemos personas capacitadas para realizar una obra como
estas.Esa es mi tierra.